Sólo necesitábamos el aire puro.
Pensábamos que necesitábamos viajar más, tachar más ciudades en el mapa, ir más lejos, visitar más lugares nuevos, hacer más fotos, tener más recuerdos en sitios diferentes.
Qué equivocados estábamos. Al final sólo necesitábamos el aire puro el verde de las hojas, el agua de un río, el sonido del mar.
Cuántos atardeceres nos hemos tenido que perder para ver que en realidad todo era más sencillo.