Número 8: Las hojas de invierno

Paseo rodeada moles de hormigón. Las tardes se van estirando, ya se empieza a notar. Hay otro ruido en la calle, otro olor.

Paseo arrancando hojas de los arbustos que tengo a mi lado. Es una costumbre que tengo desde pequeña. La heredé de mi madre y siempre que lo hago siento que estamos conectadas. Elijo las hojas que parezcan más duras, esas crujen más entre los dedos. Las doblo por la mitad, de forma longitudinal. Luego cuatro pliegues transversales. El regocijo de encontrar la hoja perfecta es indescriptible.

Entre el asfalto, tan poco amable, se cuelan rincones de paz. Las plantas y los gorriones siempre lo hacen todo más fácil. 

Ya ha pasado un mes más.

Nerea de Cos. Marzo 2018