Con la cabeza en Bremen

Vamos a reconocerlo: estamos un poco monotemáticos. Pero es que estamos ya todos un poco tocados. Y por nosotros, no me refiero sólo a nosotros cuatro.

Yo mismo, que considero una persona con bastante aguante, me encuentro persiguiendo rayitos de sol para no perder la chaveta. Mirando fotos de, ay, cuando hacía fotos con gente. Bueno. Venga. Ya nos queda un poquito menos.

Y hablando de perder la cabeza. Quería contaros una pequeña y estúpida historia sobre la foto que encabeza este número. Como este es el trocito de texto que sé que estáis medio obligados a leer antes de ir a los fotos, pues aprovecho. Para mí, es obvio que son los Trotamúsicos. Por si no los habéis visto, son cuatro animales músicos que viven en Bremen. Si os ha hecho falta la explicación, o sois demasiado jóvenes, o sois demasiado viejos. Si no, un poquito viejos O:) Si habéis leído animales músicos y ni siquiera os ha sonado raro, os quiero en mi equipo.

El caso es que como toda escultura en un museo contemporáneo, no podía ser inocente. En realidad cada uno de los animales tiene un unicornio y escritas las partes comestibles con un color un poco desagradable. Ya, yo tampoco lo entiendo, pero ahora no puedo dejar de pensar en un escultor sádico comiéndose al burrito :(

¿Y qué por qué te cuento esto? Yo que sé, algo tenía que escribir aquí. Pero si lo prefieres hablamos del tiempo :)

Sergio Moratilla. Diciembre 2020.