Número 16

Noviembre es un mes de mudanza en el corazón. Intuimos que el final del año se acerca y tendemos a soltar la hojarasca caduca que nos estorba más que nos adorna.

También es un mes de frío rezagado que invita a hacerse ovillo y calentarse, y ya de paso mirarse la entraña propia con cierta benevolencia. Es un mes para mirar por la ventana mientras llueve y dejarnos invadir por los recuerdos de situaciones y personas que ya no están, pero que su brillo o sombra perdura hasta nuestros días.

Noviembre es un mes lleno de ánimas y fantasmas que hablan de nosotros mismos, como si fueran espejos. Nos gritan mudamente desde su ausencia, pero todos sabemos hasta qué punto su clamor pueden ensordecer la mente y el corazón. 

En un mes tan especial no queríamos dejar pasar la oportunidad de “contarlo” a nuestro modo, a golpe de imágenes y palabras. Los aquí reunidos nos propusimos abordarlo con una palabra como única inspiración… ¿adivináis cuál es?

Miguel Hernández. Noviembre 2018.