Ojalá me lo hubieras pedido a mí el coger un maldito avión y perdernos por las calles de ciudades donde nadie nos conociera.
Ojalá me hubieras pedido a mí dormir poco, bailar mucho, gastar nuestros ahorros en conciertos, enamorar a tu abuela, enviarnos memes de por vida, probar todas las pizzas de la ciudad y después quemarlo todo.
Entrar en tu mundo interior que tanta risa y ternura me genera. Hacerte fotos en contrapicado, contarnos el día, ir a ver exposiciones, hacerte pasar vergüenza a través de tu ventana y mirar todas las temporadas de Crims.
Ojalá me hubieras pedido a mí que existiera un nosotros, pero sin comidas familiares.
Hacernos reír en las bajonas y celebrar las victorias.
Y que, poco a poco, las ganas fueran a menos y la rutina acabara con nosotros hasta echarnos de menos en vida. Con todo llegara el frío invierno y al cruzarnos nosécuántotiempodespués bajáramos la mirada y disimuláramos la sonrisa.
Ojalá me lo hubieras pedido a mí, pero te habría dicho que no.
Siempre nos quedará aquel Bed and Breakfast.