Ya son muchos años fotografiando estas piedas. Piedras que dan calor y que son casa.
Alguien antes que yo las fotografió, con la misma cámara, con la misma admiración.
Esta luz calienta la piel y calienta el alma.
Septiembre tras septiembre estas piedras, este agua y esta luz me abrazan y me susurran: no estás sola, estoy contigo.