Si alguna vez te topas con una foto que no puedes dejar de mirar, pregúntate qué NO estás viendo para que te atrape así. O dicho de otra manera, aquellas razones que no puedas verbalizar son las que de verdad importan para explicar tu “rapto”.
No empiezo así porque las fotos que vaya a mostrar tengan tal poder, sino porque tales fotos responden precisamente a la obediencia ciega de un extraño impulso similar.
Hace unos meses publiqué un número llamado “Lugares fotográficos” en donde hablaba de cómo hay temáticas que uno reproduce a veces sin caer en la cuenta. Hoy comparto una segunda visita a esos lugares: varias fotografías, tomadas en diferentes años, donde puedo reconocer aquellas inquietudes –que no preocupaciones- que no sé verbalizar.
¿Acaso los salmones pueden explicarse a si mismos por qué ascienden el curso del río a contracorriente? Ni si quiera se plantean tal estúpida pregunta…. lo hacen, y lo demás poco importa.