Vorágine.

No sé si tengo algo que decir, creo que estoy vacía, luego vuelvo a mirar y todo es un tornado, solo que estoy en el centro, ¿puede estar más usada esta metáfora?

Me enfado una y otra vez. En silencio. Por dentro. Desde el centro del huracán y el ruido de su vorágine se lleva mis gritos al lado oculto de la luna, donde nada se puede escuchar, quizás es por eso que no tengo nada que decir, porque ya todo se ha ido.

Mientras el viento me mece, me doy cuenta de que no estoy sola, hay gente alrededor, pero ¿qué aportan?

La respuesta no llega, el viento no me la quiere dar, ellos no contestan, solo intentan hablar de sus temas vacíos, de sus interés más cercanos y nunca de nada ajeno a ellos y ahí nos quedamos todos, en la zona de confort.

Es por eso que me separo, no son recipiente adecuado para mi llanto, no son mala gente, pero no son para mí, necesito irme, necesito no estar cerca de gente vacía, porque termino creyéndome que la vacía soy yo. Aunque quizás sea así.

Y esta preciosa sesión es gracias al lindo girasol de @heyitsjules_ con la que fue todo un placer compartir la mañana y me regalo una linda polaroid, además de estos bonitos recuerdos.