Creo que he desarrollado un super poder. Soy capaz de pasármelo bien hasta en el sitio más aburrido del mundo. Porque creo sinceramente que si alguien se ha molestado en construirlo, algo ha visto esa persona y seguramente soy yo el que no lo está entendiendo. A veces lo entiendes, y sí, efectivamente el resultado ha quedado algo aburrido pero el proceso… ah, el proceso. Sólo por eso ya ha merecido la pena.
Si preguntas, la mayoría de la gente te dirá que los museos son de los sitios más aburridos que existen. Pero estoy convencido de que la gente no los mira con los ojos que deben. En todos he encontrado al menos una cosa que me ha sorprendido. Sólo por eso ya ha merecido la pena explorarlo.
¿Me admites un consejo? Habla con esa voz que te acompaña y negocia un rato sin prejuicios en un museo. Paséate y párate frente a algo que te llame la atención a ti. No tiene porque ser las piezas más famosas del museo. ¿Qué es? ¿Cómo está construido? ¿Por qué alguien considera que es importante que es esté ahí? ¿Lo hubieras puesto tú ahí? Si no, ¿qué habrías puesto o cómo lo habrías hecho?
Si tras un rato no has aprendido nada y no has disfrutado ni un poquito, vale, te dejo ir al bar de frente. Yo me quedo un ratito más pensando si este urinario que tengo delante es arte.
La mayoría de estas fotos son del Museo de la Ciencia y el Cosmos de La Laguna, en Tenerife.