Amsterdam

Es la ciudad del extranjero que más veces he visitado. Y sé que lo seguirá siendo. Sí, oigo los chistes sobre los coffee shops y el barrio rojo desde aquí. Pero Amsterdam tiene algo que no va de eso.

No sé si son los canales, o la constante incertidumbre de si esa nube es pasajera o indicio del diluvio universal.

No, no son los canales. Es algo más. Es la sensación de que en Amsterdam sabes que puede pasar cualquier cosa. Como que aparezca una garza en la puerta de tu casa. Como que te pases todo el fin de semana en el ventanal de tu casa porque el sol ha decidido que ese fin de semana sí tocaba.